La producción de tejidos en Galicia tivo gran importancia en distintos momentos de nuestra historia, alcanzando su máximo esplendor en los siglos XVII y XVIII, aunque la elaboración artesanal y doméstica de tejidos se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. La necesidad de abastecer a las familias de tejidos para la confección de una gran variedad de productos, especialmente en épocas de carestía como fueron las décadas posteriores a la Guerra Civil española de 1936, fue el principal motivo por el que en muchas partes de Galicia se retomó la producción de tejidos a nivel doméstico o bien se intensificó su producción en lugares en los que se mantenía.
Se trata de un hecho que se constata en las entrevistas de campo; sembrar el lino en casa y aprovechar la lana de las ovejas era la única manera de garantizar las necesidades que cada familia tenía de tejidos para confeccionar la ropa de la cama o bien para vestirse. En buena parte de Galicia se mantuvo hasta la década de los años 60 del siglo XX, aunque algunas tecedeiras siguieron tejiendo durante algunas décadas más, la mayoría como mero entretenimiento, pues los tejidos que producían habían caído en desuso y los hilos de lana y lino hilado a mano fueron sustituidos por los de producción industrial.